miércoles, 17 de agosto de 2016

Innovar en exámenes orales

Los exámenes orales son una instancia de máximo estrés para los estudiantes, por lo tanto es fundamental conocer un método innovador y sus características para que facilite el flujo de conocimientos entre el estudiante y el educador.


Espacio de confianza: Lo primero que el educador debe hacer en este tipo de exámenes en generar un espacio de confianza con el estudiante. Si no se logra este espacio en los primeros minutos, difícilmente el estudiante pueda relajarse y exponer todo lo que sabe realmente. Saludar al estudiante, consultarle cómo se siente o si está nervioso, preguntarle sobre algo que no tenga que ver con el examen, indagar sobre el porqué de la importancia de la evaluación, pedirle ayuda con una tarea en particular, son formas distintas de comenzar una evaluación de estas características. El alumno tiene que comprender que ese espacio es una oportunidad de aprendizaje y para ello el educador debe generar ese clima en el cual ambos son pares y pueden aprender uno de otro.
Poca memorización: El viejo paradigma educativo presiona a los estudiantes a estudiar todo de memoria. En una instancia de examen escrito y con tiempo para pensar puede resultar sencillo pero al ser oral esta forma de estudio no funciona. Por lo tanto el educador debe hacer notar amablemente al estudiante que de nada sirve repetir de memoria y que no se espera eso sino que razone.
Espacio para compartir y aprender: Esta es una oportunidad de aprendizaje no sólo para el alumno sino también para el educador. Ambos comparten conocimiento, experiencias, historias, ejemplos que enriquecen ciclo de aprendizaje y como retroalimentación de este proceso.
Valora lo antes aprendido: El examen oral es una oportunidad para repasar los puntos fundamentales que se han visto en la clase y todo lo aprendido también en otros ámbitos que tienen que ver con la temática. Conexión con la práctica: El examen debe ser entendido como un espacio para comprender como aplicar el conocimiento en la vida diaria. Para esto el educador debe reflexionar con el estudiante y brindarle ejemplos prácticos que anclen conceptos abstractos. Al final de un examen oral innovador la nota no tiene sentido porque lo que cobra importancia es la satisfacción de alumno y educador por transitar un proceso de aprendizaje relevante. Si esto ocurre, la nota final puede ser resultado de la reflexión del propio alumno. Para esto el educador puede hacer preguntas tales como: ¿Qué nota cree que se merece? ¿Qué le hace pensar que se merece esa nota y no otra? ¿Qué puntos usted considera que fueron fuertes/débiles de su examen? ¿Qué hubiera hecho diferente? y como si de un proceso de negociación se tratase, el educador negocia la nota pero es el alumno quien se autoevalúa.

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