jueves, 10 de noviembre de 2016

Porque está de moda lo uso, Flipped Classroom


Pobre de la tecnología que siempre es la responsable de estas nuevas metodologías innovadoras que vienen a transformar la educación de forma radical. Como por ejemplo con la clase invertida (Flipped Classroom), que en hoy en día es la panacea que supuestamente va a curar todos los males que tenemos en el aula. No quiero ser negativo con respecto a esta metodología, me parece muy buena, pero no soy tan ingenuo para pensar que con sólo poner la clase de cabeza voy a solucionar los graves inconvenientes que vivimos a diario en el aula.
Otra cosa a tener en cuenta es que los estudiantes no son tan ingenuos como pensamos, ellos ya estaban invirtiendo la clase hace años, desde que la internet existe y antes. La búsqueda de contenido teórico fuera del aula llámese videos, audios, libros, apuntes, charlas con otras personas, etc. siempre han existido; especialmente como paliativo a la falta de capacidad/dinámica del educador para explicar los temas en clase. La efectividad de las redes es muy alta a la hora de buscar alternativas para acceder al conocimiento.
El “eureka” de esta metodología surge naturalmente porque en internet los recursos son inmensos, muchos más efectivos y divertidos que una clase magistral; entonces los alumnos prefieren estudiar por la red...ahhh entonces invertimos!...
Pero aquí otra salvedad, ellos estudian unas horas antes para los exámenes y no por motus propio como detalla la metodología. De hecho puedo asegurar que los exámenes también están en la red o en sus redes, y es ahí donde primero van a buscar el conocimiento. ¿No es lógico? ¿No harías lo mismo?
El mundo del revés
De nada sirve la metodología de la clase invertida si no trabajamos con nuestros alumnos las competencias que se necesitan para afrontar esta dinámica.
Autorregulación: Por más que los alumnos reclamen en clase mayor libertad, al momento de obtenerla no saben saben que hacer con ella. La libertad siempre está ligada a la responsabilidad y la gestión de uno mismo es una virtud que se aprende (o no) durante toda la vida. Invertir la clase otorga altos grados de libertad y responsabilidad a los estudiantes que deben ser acompañados previamente y en el proceso por el desarrollo de la competencia de autorregulación.
Autoestima: El educador deberá tener mucho cuidado y tacto para detectar aquellos estudiantes que les cuesta más este tipo de metodología, ya que no todos podemos aprender de lo que nos enseña una máquina, sino que necesitamos del contacto humano. No adaptarse al Flipped classroom puede dañar la autoestima y es un punto a ser considerado.
Autoconocimiento: Otra de las competencias fundamentales en esta metodología y en el mundo actual es la de auto-aprender. Los datos abundan en las redes pero al conocimiento se arriba cuando hay un proceso de curadoría de contenidos, filtrando, comparando, buscando los errores, activando el pensamiento crítico, etc.
Tomar decisiones: Ser libre también implica no tener una guía que esté marcando el camino constantemente y aprender a tomar decisiones (elecciones) para arribar al conocimiento.
Administrar el tiempo: Este es uno de los puntos fundamentales de esta metodología. La cantidad de distracciones pueden hacer que el estudiante se pierda y no maneje adecuadamente su tiempo y probablemente se frustre.
Un poco para el educador... de clases a laboratorios
Para el educador, este tipo de metodología es muy desafiante. La idea es transformar las clases tradicionales en laboratorios de aprendizajes. En estos espacios se aprende haciendo, es decir trabajando sobre casos prácticos que están íntimamente relacionados a los conceptos teóricos aprendidos con la tecnología fuera de clase.Los laboratorios además son espacios para compartir en grupo y permiten aprender de la prueba y el error. Se pueden compartir experiencias, usar narrativas y cualquier dinámica que esté fuertemente ligada al hacer, como por ejemplo los proyectos.

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