sábado, 20 de mayo de 2017

¿Quién tiene el poder en las instituciones educativas?


Comandar una institución educativa no es tarea fácil, es necesario trabajar constantemente, empatizar con los cambios emocionales de alumnos, educadores, administrativos y terceros involucrados y constantemente buscar un el punto medio para la resolución de los conflictos. Si a este cóctel le sumamos de necesidad de alineamiento con innovaciones educativas que impulsen a la institución a adecuarse a los tiempos que corren y cambiar, la tarea resulta titánica.

Los líderes que gestionan los centros educativos saben que todo cambio que quiera introducirse, como parte de un plan de innovación, la mayoría de las veces será resistido por los que realmente tienen gran parte del poder de decisión en este tipo de instituciones. Los educadores son los que concentran el poder en estos ámbitos. Es aquí donde se devela quién tiene manda realmente y puede, gracias a este poder, generar cambios profundos en educación o no.

Mientras que un director tiene un poder direccionado(de afuera hacia adentro), los educadores lo tienen sistémico(desde adentro hacia afuera). Es decir que unen pequeños silos de poder para lograr uno mucho más grande. En muchas ocasiones los educadores representan el Status Quo de las instituciones y de la educación; es decir un conjunto de personas que prefieren mantenerse en un cierto estado o con ciertos privilegios y no introducir cambios.

La reticencia al cambio por parte del Status Quo educativo tiene su raíz en dos cuestiones. La primera y más perjudicial es la holgazanería, es decir que se oponen a los cambios porque no quieren hacer el esfuerzo por evolucionar. Están cómodos/acostumbrados y cualquier movimiento implica un esfuerzo por aprender que no quieren afrontar. No es de su conveniencia.
La segunda cuestión que hace que los educadores quieran retener el poder es el miedo. La sensación de angustia provocada por la presencia de un peligro real o imaginario, por no tener la confianza de sobrellevar los cambios o por temor a aprender cosas nuevas. Si bien el miedo es una sensación natural y menos dañina que la holgazanería, si no se detecta a tiempo y se implementan acciones para mitigarlo terminará engendrando más poder en los educadores para resistir los cambios.

Dos frentes de resistencia
El Status Quo de los educadores si bien es importante no es el único en las instituciones educativas. Los mismos estudiantes y padres también pueden crear grupos poder para revertir cualquier cambio que se quiera introducir en el ámbito educativo. Las razones son las mismas que en el caso de los educadores, la holgazanería y el miedo.

Gestión del cambio en instituciones educativas

Todo cambio en un institución educativa tiene que ser debidamente planificado para que pueda ser adoptado por todos los involucrados. Los pasos a seguir para lograrlo son los siguientes:

  • El cambio está orientado al estudiante: Todo cambio en una institución educativa tiene que mejorar la calidad y estar orientado al estudiante.

  • Tiene sentido para el colectivo de la institución: Además de estar orientado al alumno tiene que tener sentido para los educadores y terceros involucrados.

  • Debe ser democrático: Dentro de los límites existentes, los procesos de cambios deben nacer desde los mismos alumnos y educadores. Es necesario involucrar a estos actores para lograr legitimidad en los procesos.

  • La comunicación lo es todo: Una buena comunicación bidireccional (Interna/externa) es vital para evitar cualquier tipo de resistencia por desconocimiento.

  • Estandarización y Capacitación: Para combatir el miedo no hay como procedimientos claros, estables y un buen plan de capacitación.

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